Muerte vista desde el arte

Aunque la queramos evitar, la muerte es lo único seguro para todos. Por eso el coleccionista de arte Richard Harris decidió encararla y busca que todos hagan lo mismo. El ex corredor de grabados de Chicago ha pasado años comprando obras que remiten a la mortalidad, desde estudios anatómicos del siglo XVIII a máscaras tibetanas de calaveras. Cerca de 300 objetos de su colección se mostrarán en una exposición en la galería Wellcome Collection de Londres, que incluye "calacas" de papel maché de México, la instalación "Calavera" del colectivo argentino Mondongo y pinturas del mexicano Marcos Raya. De pie entre los esqueletos y calaveras de la exposición "Death: A Self Portrait" Harris, de 75 años, se muestra insólitamente alegre y responde entre risas cuando le preguntan si está obsesionado con la muerte. "¡Claro que no!", dijo el miércoles en un recorrido previo a la inauguración de la muestra que se presentará del jueves hasta el 24 de febrero. "Me gusta decir medio en broma que es una apología de la muerte para que ella me evite un poco más", dijo Harris. "Creo que se trata más bien de una iconografía, las imágenes que crea son fascinantes. Una calavera es una calavera y un esqueleto es un esqueleto, pero creo que casi todos los artistas los han interpretado a través de su mirada particular". La forma en que las distintas culturas han lidiado con la muerte es lo que cautivó a la galería Wellcome Collection, la cual está dedicada a descubrir los puntos donde convergen el arte, la medicina y la ciencia. La curadora Kate Forde distribuyó las piezas de Harris en una serie de salas que exploran diferentes aspectos de la relación entre los humanos y la inevitable muerte. Una sala se trata de la contemplación de la mortalidad a través del tópico artístico conocido como "memento mori", que servía para recordar a las personas de la muerte; por ejemplo, a través de la colocación de calaveras en medio de naturalezas muertas. Otra sección incluye tazones ceremoniales tibetanos creados con piezas de cráneos humanos, un guardián de tumba con forma de espantapájaros de las islas del Pacífico y calacas (esqueletos) del Día de Muertos de México, celebración en la cual las familias recuerdan a sus seres queridos fallecidos con ofrendas y calaveras de azúcar. Otra sala estudia la poderosa relación entre el sexo y la muerte, a través de imágenes que incluyen el grabado del siglo XVI que muestra un esqueleto de pie entre Adán y Eva. La sala sobre muertes violentas incluye imágenes desgarradoras de la guerra, que van de los grabados del siglo XVII de Jacques Callot a los del artista alemán Otto Dix sobre la Primera Guerra Mundial. En la obra de Dix, las escenas de los soldados en las trincheras, los cadáveres y los cuerpos mutilados son horrorosas y bellas por igual. Las obras abarcan siglos, de los esqueletos que bailan triunfantes la Danza Macabra en "Las Crónicas de Núremberg" de 1493 - uno de los primeros libros que se produjeron en la imprenta - a impresiones de Rembrandt y esculturas de artistas contemporáneos, entre los que destaca "In the Eyes of Others", una enorme candelabro realizado con 3,000 huesos de yeso de la artista británica Jodie Carey, o "Are You Still Mad at Me?" de John Isaacs, la escultura de un cuerpo en descomposición parcialmente desmembrado. Harris desconoce el valor total de su colección, que incluye 2,000 objetos y sigue creciendo. Su más reciente compra fue un Chevrolet Impala 1969 adornado con motivos del Día de Muertos. "Mi esposa", dijo " ha sido muy comprensiva y paciente". Algún día le gustaría que su colección se fuera de gira. "El mundo necesita promover la conversación y el diálogo sobre la muerte", dijo. "Es algo que nos va a pasar a todos, nos guste o no".

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