HOUSTON – Las palabras de rechazo del gobernador de Texas, Gegg Abbott, y del fiscal general Ken Paxton al fallo de la Corte Suprema que legalizó el matrimonio entre parejas del mismo sexo parece que empezaron a surtir efecto entre los empleados públicos del Estado.
Así, por lo menos pareciera desprenderse de la decisión de dos condados del sureste de Texas que decidieron no emitir licencias de matrimonio para parejas homosexuales.
Las autoridades administrativas de los condados Waller y Wharton no están emitiendo el documento –requisito para celebrar el matrimonio civil- bajo el argumento de que las formas existentes no están adecuadas a la nueva normatividad legal.
Tanto Abbott como Paxton señalaron que los empleados públicos de Texas pueden negarse a emitir licencias o realizar matrimonios entre parejas del mismo sexo amparados en la 1ra enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de credo.
Los dos altos funcionarios estales han insistido en que los empleados públicos podrán plantear una objeción de conciencia basados en sus creencias religiosas.
