Futuro de DACA aún es una incertidumbre

HOUSTON - El futuro de la acción ejecutiva referente al programa de Acción Diferida para los Llegados en las Infancia (DACA) cada vez se hace más incierto.

Con la llegada del presidente-electo Donald Trump a la Casa Blanca, poco es lo que se sabe sobre sus verdaderas intenciones en cuanto a los miles de inmigrantes que actualmente se benefician o califican para dicho programa.

Por una parte, durante su campaña presidencial el Sr. Trump prometió a sus seguidores—y al electorado estadounidense en general—que de llegar a ocupar la silla presidencial, se desharía de todas las acciones ejecutivas de Obama, especialmente, aquellas relacionadas a inmigración.

Esto hace pensar a muchos que el programa DACA desaparecerá una vez Trump juramente como el presidente número 45 de nuestra nación.

Sin embargo, en días recientes Trump anunció que está interesado en hacer “algo” con estos jóvenes que son contemplados por el programa DACA, lo cual sería lo más lógico ya que estos jóvenes cuentan con un permiso de trabajo que les ha permitido contribuir significativamente a la economía del país.

El problema es que Trump no ha sido claro en cuanto a qué es ese “algo” que quiere hacer, aunque existe mucha especulación de que podría tratarse de una iniciativa conjunta entre la Casa Blanca y el Congreso, para otorgar cierto tipo de estatus legal a los jóvenes inmigrantes.

A pesar de que Trump ha cambiado muchas de sus posturas iniciales para hacerlas un poco más moderadas, entiendo que todavía sus comentarios resultan un tanto erráticos, por lo que resulta, prácticamente, imposible predecir qué es lo que realmente tiene en mente para los inmigrantes.

En el caso de los jóvenes soñadores (beneficiarios del DACA), Trump podría eliminar el programa de dos maneras: cancelándolo inmediatamente u ordenando que se detengan las renovaciones para el mismo, eliminándolo paulatinamente.

Por otra parte, podría decidir mantener el programa tal y como existe: como una acción ejecutiva o, quizá, podría trabajar con el Congreso para convertirlo en ley o con el servicio de ciudadanía e inmigración para adoptarlo como parte de su reglamentación.

Por último, aunque hace poco tiempo salió a relucir que Trump tiene interés en obtener la información personal de los “dreamers”, me parece un poco prematuro especular que quiere utilizarla para ir tras ellos para deportarlos.

Creo que sería una movida demasiado impopular, que no solamente tendría implicaciones migratorias, ya que estaría violentando la promesa del gobierno de no utilizar dicha información en contra de los beneficiarios, lo que crearía una atmosfera de desconfianza a lo largo de todos los sectores del país.

Naimeh Salem es abogada certificada en Texas que ejerce el área de inmigración en Houston.

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