Houston.- Más allá de su exterior atrevido, una imponente sensación de elegancia y madurez, es su movimiento en estado puro el que fluye desde la parte frontal a la trasera del vehículo, proporcionando aerodinámica, rendimiento y maniobrabilidad.
El CX-5 2018 de Mazda supone un salto en la búsqueda de emociones al volante. Completamente rediseñado, sus líneas robustas y refinadas van un paso más allá, con un fluido en su carrocería que transmite movimiento puro.
Junto a su refinado diseño, las nuevas tecnologías de seguridad i-ACTIVSENSE logran trasladar el vínculo con el CX-5 al resto de pasajeros, al igual que su silencioso y cómodo habitáculo. Todo un lujo.
Gracias a su tecnología SKYACTIV-VEHICLE DYNAMICS, el CX-5 fluye en perfecta armonía con el placer de la conducción. El innovador sistema G-Vectoring Control ofrece una respuesta de dirección y una maniobrabilidad más precisas y refinadas.
Su tecnología de seguridad inteligentes i-ACTIV AWD representa otra forma de conexión entre coche y conductor. Mediante 27 sensores se supervisan más de 200 ajustes por segundo para que el conductor pueda reconocer peligros potenciales, evitar colisiones y reducir la gravedad de los accidentes cuando ya son inevitables.
Sus avanzadas tecnologías de seguridad i-ACTIVSENSE logran que las distintas cámaras identifican rápidamente los riesgos y minimizan la posibilidad de que se produzca un accidente.
Por si fuera poco, el control de crucero adaptativo por radar y el Head Up Display a color con reconocimiento de señales de tráfico que muestra señales en el parabrisas para mantenerte informado es la forma más segura de conducción. Sin duda.