HOUSTON – Los últimos segundos en la vida de Édgar Tamayo serán quizás los más esperados para muchos, pues allí tendrá la oportunidad de dirigirse ante quienes le apuestan a su ejecución, como ante quienes piden su exoneración.
Tamayo podrá expresar unas pocas palabras justo antes de que se le aplique la inyección letal. Durante el día, Tamayo será transportado del pabellón de la muerte de la cárcel de Livingston, donde ha estado confinado, a la cárcel estatal de Huntsville, donde se llevará a cabo su ejecución.
Desde el mediodía y hasta la hora de la ejecución, Tamayo permanecerá en la celda especial que se adecua para quienes van a ser ejecutados.
Allí podrá contar, si así lo dispone, de la presencia de un sacerdote.
Justo después de las 6 p.m. Tamayo será trasladado al cuarto donde está la camilla en la que se le aplicará la inyección letal.
Allí, al otro lado de la ventana del cuarto, habrá 15 personas que podrán presenciar la ejecución. Cinco serán familiares de Tamayo, cinco familiares de la víctima, es decir del agente Gaddis, y cinco miembros de la prensa.
Durante la ejecución, los familiares de Tamayo y Gaddis compartirán el mismo lugar, pero no podrán verse ni tener contacto alguno.
