Inversionistas quedan insatisfechos

HOUSTON- Inversionistas timados por el magnate texano R. Allen Stanford se mostraron aliviados y en cierto modo reivindicados luego que un jurado declaró culpable al financiero de defraudarlos con más de 7.000 millones de dólares. Pero dijeron que el veredicto nunca compensará la pérdida de los ahorros de su vida.

"El nos sentenció a una vida de dificultades y pobreza, y no tenemos oportunidad de recuperarnos de lo que les pasó", dijo Kate Freeman, una jubilada británica, en entrevista telefónica desde su casa en la isla caribeña de Antigua. Freeman perdió 820.000 dólares en el esquema piramidal de Stanford. "No creo que (el veredicto) marque mucha diferencia respecto a la búsqueda del dinero de las víctimas en el corto plazo".

Los fiscales esperan confiscar unos 300 millones de dólares de más de 30 cuentas controladas por Stanford en países como Suiza, Gran Bretaña y Canadá, en un juicio civil que se reanudará el miércoles. El proceso tendrá al mismo jurado que declaró culpable a Standord de 13 de 14 cargos que se le imputaban, incluido el de asociación ilícita y el de fraude por correo y medios de comunicación. Fue exonerado de un solo cargo de fraude con medios electrónicos que lo acusaba de sobornar a un supervisor con entradas para el Super Bowl.

Angela Shaw, quien fundó la Coalición de Víctimas de Stanford luego de que ella y su esposo perdieron dos millones de dólares en el ardid, dijo que el veredicto era "agridulce".

"Claro que queríamos que lo condenaran", dijo. "En un mundo idóneo, eso significaría que recuperaríamos algo de nuestro dinero. Pero las cosas no son así".

El proceso de recuperación se ha complicado por conflictos entre las autoridades para confiscar los bienes de Stanford, los cuales se hallan dispersos en varios países. Aunque Stanford alguna vez tuvo una riqueza neta calculada en más de 2.000 millones de dólares, fue representado legalmente por defensores públicos tras la incautación o congelamiento de sus bienes.

Los fiscales afirman que Stanford usó el dinero de los inversionistas para varios negocios fallidos, sobornar autoridades y pagar por lujos como yates y aviones privados. Sus abogados describieron a Stanford como un empresario visionario que hizo dinero para sus clientes y dirigió negocios legítimos.

Los cargos más graves contra Stanford conllevan una condena de hasta 20 años en prisión, y si se le ordena cumplir sus sentencias de manera consecutiva, el financiero de 61 años podría pasar el resto de su vida tras las rejas.

El juez federal de distrito David Hittner podría fijar fecha para dictar sentencia después del juicio civil, el cual comenzó luego del veredicto del martes y podría durar sólo un día.

El grupo bancario de Stanford operaba también sucursales en varios países de América Latina, incluidos México, Perú, Venezuela, Colombia y Ecuador.

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