Trámites migratorios toman más tiempo en gobierno Trump

HOUSTON – Desde que el presidente Donald Trump asumió su posición en enero del presente año, las políticas migratorias de los Estados Unidos se han vuelto mucho más estrictas de lo que eran antes de su llegada al poder.

Desde tener la construcción de un muro fronterizo como prioridad, hasta la detención de personas que simplemente no tienen estatus legal, el panorama legal ha cambiado drásticamente para muchísimos inmigrantes.

Esta situación ha causado, entre otras cosas, que muchas personas hayan tomado pasos para poder resolver su situación migratoria o intentado moverse en una dirección que le brinde más seguridad para poder permanecer viviendo en este país.

Uno de esos pasos se ve reflejado en el número de aplicaciones para beneficios que está recibiendo el servicio de inmigración, ya que ha aumentado considerablemente. Sin embargo, el incremento en aplicaciones comenzó desde antes de que el presidente Trump llegara a la Casa Blanca, ya que muchas personas anticipaban las complicaciones que ahora se están observando.

Una de estas complicaciones, por ejemplo, es que luego de que Trump asumiera el cargo, el servicio de inmigración comenzó a realizar más entrevistas de las que antes realizaba. Esto es algo que queda claro en el caso de peticiones familiares de hijos hacia padres, las cuales eran frecuentemente aprobadas sin necesidad de una entrevista en años anteriores.

Por otro lado, el escrutinio para las adjudicaciones también se ha vuelto más meticuloso, lo que ha generado muchísimos requerimientos de evidencia e intentos de negación por parte del servicio de inmigración.

Estos cambios, a su vez, no solamente han provocado que las personas que apliquen para beneficios migratorios tengan que incurrir en más gastos y pasen más trabajo para obtener sus beneficios, sino que ha atrasado los procesos en gran manera.

En Houston, por ejemplo, el tiempo de procesamiento para una petición familiar, que hace unos años tardaba unos 4 a 6 meses, ahora tarda de 10 a 12 meses. Las aplicaciones para la residencia permanente, que antes tomaban apenas de unos 4 a 6 meses para adjudicarse, ahora tardan de 12 a 14 meses.

Un último ejemplo son las aplicaciones para ciudadanía que hoy en día tardan aproximadamente 1 año en procesarse, mientras que antes solo tardaban 4 o 5 meses, y quizá hasta menos.

Aunque el gobierno asegura que los atrasos se deben al alto volumen de aplicaciones que está recibiendo, me parece que no es la única razón. De otra parte, varios sectores defensores de inmigrantes piensas que los atrasos son diseñados a propósito para disuadir a los inmigrantes que quieren meter sus papeles. En mi opinión, no creo que este sea el caso.

No obstante, sí pienso que las nuevas estrategias del servicio migratorio, como hacer más entrevistas y pedir más documentos, resultan innecesarias en la mayoría de los casos, y están causando atrasos que verdaderamente no tienen razón de ser.

Dicho esto, la realidad es que aunque no nos guste lo que está haciendo inmigración, no es mucho lo que podemos hacer para cambiar la forma en que operan. Lo que sí se puede hacer es prepararse muy bien a la hora de meter los papeles, para intentar evitar que el servicio migratorio tenga que pedir más documentos o incluso hacer una entrevista para investigar algo que se pudo haber documentado al momento de archivar una aplicación.

Entre las cosas más simples se encuentran: documentar presencia física detalladamente con recibos de pagos, impuestos, talones de pago, contratos de arrendamiento o hipotecas, registros escolares o de vacunación, etc.; documentas las relaciones de pareja con prueba de cuentas de banco conjuntas, seguros de auto, vida o médicos a nombre de ambos, impuestos archivados juntos, fotografías (preferiblemente de viajes, con familiares y amigos, y que comiencen desde el noviazgo) etc.

Por otra parte, otra de las cosas que se puede hacer es proveer prueba suficiente de antecedentes criminales de antemano, para evitar que inmigración luego la requiera.

Sin embargo, esta táctica ya es mucho más arriesgada y es recomendable que consulte con una abogada de inmigración con buena reputación y amplia experiencia para que le oriente sobre lo que es más conveniente, ya que, en muchos casos, podría estar presentando evidencia, que sin la debida justificación, podría terminar afectando su caso.

En resumidas cuentas, aunque los atrasos y requerimientos innecesarios de inmigración causen dolores de cabeza y molestias a la hora de archivar sus aplicaciones, es importante que las personas no se desanimen y continúen luchando por sus derechos y por obtener un estatus legal en este país, donde han vivido por años, o donde se encuentra su familia.

Como ya les mencioné, existen varias alternativas para lidiar con los atrasos de inmigración, pero aun si no se agilizan los procesos, ya dice el refrán que vale más tarde que nunca. Así es que si usted ha considerado meter sus papeles, no lo piense más y hágalo. No se sabe que pueda suceder mañana; especialmente bajo la administración del actual presidente.

Naimeh Salem es abogada certificada en Texas que ejerce el área de inmigración en Houston.

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