Washington DC

Asalto al Capitolio: los 3 misterios sin resolver a un año de la insurrección

Al menos 700 presuntos participantes han sido procesados por cargos que incluyen conspiración, robo y agresión. Pero un número de preguntas aún sin respuesta permanece. 

Telemundo

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A un año del ataque del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos, al menos 700 presuntos participantes han sido procesados por cargos que incluyen conspiración, robo y agresión.

Pero un número de preguntas sin respuestas permanece. 

¿Quién plantó dos bombas caseras a pocas cuadras del edificio del Congreso la noche antes de la insurrección? ¿Quién colocó una horca y un nudo corredizo afuera del palacio legislativo? ¿Y de quién fue la idea, si es que fue de alguien, de romper el perímetro policial, irrumpir en el edificio y perseguir a los legisladores?

BOMBAS CASERAS CERCA DE SEDES DE PARTIDOS

La violencia en Washington, D.C. el 6 de enero de 2021, en realidad empezó el 5 de enero, cuando alguien puso bombas caseras afuera de las sedes del partido republicano y del partido demócrata en el vecindario Capitol Hill. Ambos artefactos fueron descubiertos el 6 de enero, minutos antes de que iniciara el ataque al Capitolio, lo que causó el desvío de recursos policiales y oficiales, dijo el exjefe de la Policía del Capitolio Steve Sund al Congreso. Ambas bombas estaban activas y pudieron haber sido potencialmente mortales. 

“Estábamos lidiando con dos bombas caseras que fueron puestas específicamente cerca del borde de nuestro perímetro, yo sospecho, para quitar recursos de la escena. Creo que hubo una coordinación significativa en este ataque”, declaró Sund en febrero. 

En las semanas y meses posteriores al hallazgo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) publicó una serie de imágenes y videos de vigilancia, en un intento por dar con el responsable. Una grabación muestra a una persona encapuchada con un morral caminando cerca del Capitol Hill Club, un restaurante dentro de la sede del partido republicano. En otra, se ve a un individuo caminar por un vecindario cercano y sentarse en un banco cerca de la sede del partido demócrata. 

Una recompensa de $100,000 ha sido anunciada por información que lleve con el autor de este hecho. Las autoridades han indicado que han recibido pistas pero, hasta el momento, no se ha anunciado sospechosos o arrestos. 

UNA HORCA Y UN NUDO

Otra de las preguntas sin respuesta está relacionada con un símbolo de terror racial que fue colocado en el frente oeste del Capitolio el día de la insurrección. Una horca y un nudo corredizo de color naranja fueron ensamblados el 6 de enero y capturado por imágenes. Sin embargo, en ninguna de las miles de páginas de documentos judiciales revisadas por NBC Washington se halló referencia sobre esos artículos. 

Varios funcionarios de las fuerzas del orden dijeron a ese medio que la Oficina del FBI en Washington está en posesión del nudo corredizo, sugiriendo que eventualmente este será parte de la investigación. El periodista holandés Michael Persson lo recogió el 6 de enero tras ver a alguien cortarlo y tirarlo cerca del Capitolio. 

“Yo no sé de algún afroamericano que no asocie un nudo corredizo con linchamientos”, dijo el profesor de Morgan State University Ray Winbush sobre el significado de este objeto. 

El hombre que irrumpió en enero pasado en el Capitolio de EE.UU. disfrazado de bisonte se declaró este viernes culpable de un cargo por haber obstruido un procedimiento oficial durante una sesión del Congreso.

QUIÉN PLANEÓ EL ASALTO AL CAPITOLIO

Expertos legales señalan una tercera gran pregunta: ¿De quién fue la idea de abrumar a los agentes policiales y de ingresar a la fuerza a la sede del Congreso para impedir la certificación de los resultados electorales?

Un año después, unos 40 de los 700 acusados enfrentan cargos de conspiración por supuestamente planear la interrupción de la transferencia pacífica de poder. 

El exfiscal federal Glenn Kirschner dijo a NBC Washington que las autoridades federales tienen mayor oportunidad de hallar a los principales conspiradores llegando a acuerdos de culpabilidad con los acusados. 

“Tenemos una manera estándar de investigar: investigamos de abajo hasta arriba. Siempre estamos esperando que el pescado de menor tamaño se vuelva en contra de los peces más grandes, los cerebros”, dijo. 

Mientras una comisión especial de la Cámara Baja investiga el asalto, el sargento recuerda las agresiones que sufrió.
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