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Hallan culpable a niño de 12 años de matar a balazos a empleado de un Sonic

El menor disparó varias veces con un rifle contra Matthew Davis, de 32 años, quien murió en la escena.

Telemundo

Un jurado en el condado Johnson, al sur de Dallas, condenó a 12 años de cárcel al menor que mató a balazos a un empleado de Sonic, quien salió a reclamarles porque el tío del menor se puso a orinar en el estacionamiento.

Permanecerá en un Centro de Detención Juvenil, y después será enviado al Sistema Penitenciario de Texas.

El niño, quien ahora tiene 13 años, fue hallado culpable hace un mes tras siete horas de deliberaciones.

El crimen ocurrió el pasado 13 de mayo, cuando Ángel Gómez, de 20 años, y residente de Fort Worth, llegó con su sobrino a un restaurante de comida rápida Sonic en la ciudad de Keene.

Según los reportes policiales, la víctima, que era empleado del lugar, salió a reclamarle a Gómez porque se puso a orinar en el estacionamiento.

Entonces, el menor fue al vehículo y disparó varias veces contra Matthew Davis, de 32 años, quien murió en la escena.

Mató a balazos a un empleado de un restaurante Sonic en el condado Johnson porque salió a reclamarle de que estaba orinando en el estacionamiento.

Las autoridades del condado de Johnson realizaron otro arresto el pasado dos de noviembre por la muerte a tiros de Matthew Davis, un empleado de Sonic en Keene, Texas.

Ashley Marmolejo fue arrestada en la ciudad de Keene, al suroeste de Dallas, según registros carcelarios en línea, y fue acusada de homicidio involuntario por el tiroteo mortal en el que quien disparó fue un niño.

Su familia y Davis se reunieron en el tribunal para la audiencia, incluida la madre del niño. Lizette Gómez subió al estrado para describir a su hijo y pidió clemencia al juez en su sentencia.

“Él no quiso hacerlo. Es sólo un niño”, dijo entre lágrimas.

Gómez afirma que su hijo actuó en defensa propia y fue testigo de cómo la víctima golpeaba a su tío.

Es Marmolejo, insiste Gómez, quien tiene la mayor responsabilidad en la tragedia.

“Fue manipulado por su tía”, dijo Gómez. “Ni siquiera sabía dónde estaba el arma. Estaba escondido debajo de su silla, entonces ella se bajó y le dio el arma y le dijo: Oye, ve a dispararle”.

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