CHICAGO

Pijamada fatal: confirman décima víctima en feroz incendio

Las víctimas, entre las que había una beba de meses, eran hermanos, primos y amigos.

Un jovencito de 14 años se convirtió en la décima persona en morir en uno de los incendios más letales en la última década en Chicago, y que cobró la vida de otros tres adolescentes, cinco niños y una bebé de tres meses, mientras celebraban una pijamada la madrugada del domingo.

La oficina del forense del condado de Cook informó que Adrián Hernández murió a las 11:12 a.m. del martes en el Hospital Stroger, en donde luchaba por su vida luego de que fue rescatado del siniestro el domingo. 

Los 10 menores que murieron eran hermanos, primos y amigos de la familia, incluyendo quienes al momento del incendio celebraban una fiesta de pijamas en la casa trasera.

Investigadores dijeron el lunes que buscan evidencia de fuegos artificiales, cigarrillos u otros artefactos para fumar que pudieron haber contribuido a que se encendieran las llamas en la parte trasera del edificio.

El portavoz del Departamento de Bomberos, Larry Langford, dijo que en el pasado los menores y la familia solían prender fuegos pirotécnicos y fumar en el porche del trasero en donde comenzó el mortal siniestro.

Langford, señaló que los investigadores no creen que el fuego fue intencional y que han descartado problemas eléctricos como la causa, y enfatizó que la falta de detectores de humo que funcionasen hizo que el fuego fuera mortal.

"Debido al lugar en dónde comenzó el incendio, (en el porche trasero) si al menos hubieran tenido un detector de humo, hubiesen podido despertarse a tiempo y salir por la puerta principal, o por la escalera hacia afuera”, dijo Langford a AP.

La noche del lunes, el médico forense del Condado de Cook confirmó la novena muerte, se trata de César Contreras también de 14 años de edad. 

A estas muertes se le suman las de Amaya Almaraz de 3 meses de edad; Ariel Garcia, 5; Alanni Ayala, 3; Xavier Contreras, 11; Nathan Contreras, 13; Giovanni Ayala 10; y Victor Mendoza, de 16 años.

El Departamento de Familias dijo que iniciara su propia investigación pues los menores no tenían supervisión directa de un adulto al momento del incidente.

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