Violencia familiar, causa de deportación para inmigrantes

HOUSTON - El pasado 2 de abril de 2019, la Corte del Quinto Circuito de Apelaciones de los Estados Unidos emitió una decisión que podría cambiarle la vida a cientos de inmigrantes en Texas, Luisiana y Mississippi.

Se trata de que la Corte dio un revés a una decisión previa en cuanto a las agresiones simples o a familiares bajo el Código Penal de Texas, convirtiéndolas ahora crímenes de violencia.

Hasta el momento en que la Corte emitió la decisión, las sentencias bajo las secciones 22.01(a)(1) o (b)(2) del Código Penal de Texas, relacionadas a agresiones simples o hacia familiares, no eran consideradas como crímenes de violencia.

La razón por la cual esto era así es porque uno de los elementos que debía probar el estado para sentenciar a alguien es que la persona había utilizado la fuerza para cometer el delito y, según había razonado la corte, la fuerza mínima requerida bajo la ley era muy insignificante como para hacer de estas agresiones crímenes violentos.

Sin embargo, en su más reciente decisión, la corte cambió de parecer y sentenció que el imputado de este caso no había demostrado una probabilidad real de que personas que utilizaran una fuerza insignificante para agredir a alguien fueran procesadas criminalmente por ello.

Más importante aún, la Corte tampoco le dio la razón al imputado del caso en el sentido de que no podía aplicar este razonamiento a su caso, ya que en el momento en que se cometieron los actos, la agresión simple o hacia familiares no era clasificada como un crimen de violencia.

Sobre esto, la Corte dijo que los actos que el imputado cometió ya eran delito y la Corte no estaba criminalizándolos ahora, sino que simplemente estaba aplicando sus decisiones previas y las de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos a los hechos de este caso.

De esta manera, la Corte decidió que todas las agresiones simples y hacia familiares que ya hayan sido cometidas, serán catalogadas como crímenes de violencia.

La importancia que tiene esto para nuestra comunidad de inmigrantes es que bajo las leyes de inmigración, un crimen de violencia puede ser catalogado como un delito mayor, lo cual conlleva unas de las consecuencias más nefastas para poder obtener beneficios en los Estados Unidos.

Por ejemplo, residentes permanentes con estas sentencias podrían ser puestos en procesos de remoción y ahora no podrían calificar para la cancelación de esta.

En adición, una sentencia por un delito mayor también podría afectar la habilidad para obtener asilo, suspensión de la deportación, salida voluntaria, entre otros.

Lo peor de todo es que este tipo de ofensas no tienen perdón bajo la ley, con muy pocas excepciones. En resumidas cuentas, el único remedio disponible, en la mayoría de los casos, es protección bajo la convención en contra de la tortura.

Debido a la agresividad con la que los agentes del Departamento de Aduanas e Inmigración (USCIS) están deteniendo a inmigrantes en el país, es muy importante que aquellos que hayan sido convictos por una de estas agresiones se asesoren con una persona titulada en temas de inmigración con experiencia para que les ayude a explorar sus posibilidades.

También sería buena idea que consultaran con una abogada criminal, ya que esta podría ayudarlos a reabrir sus casos sobre agresión y a que el juez cancele la sentencia.

Naimeh Salem es abogada certificada en Texas que ejerce el área de inmigración en Houston.

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