Masacre en escuela, 10 muertos directo al corazón de Texas

HOUSTON - Los alumnos de la preparatoria Santa Fe terminaron sus exámenes ayer jueves 17 de mayo. Con ello culminaban la etapa más dura del año escolar. Les quedaban dos semanas más de clase y de excursiones antes de que unos terminaran su educación y buscaran nuevos destinos en la universidad o en la vida y, otros, simplemente salieran a gozar de casi tres meses de vacaciones de verano.

Solo habían pasado 22 minutos del inicio de las clases este viernes 18 de mayo. cuando a las 7:32 a.m. se saltaron las alarmas.

La reacción de algunos fue encerrarse dentro de sus salones. Apilaron sillas para bloquear las puertas. No sabían que estaba pasando, lo único claro era que se escuchaban balazos. 

Según la policía, Dimitrios Pagourtzis, abrió fuego con una escopeta y un revólver calibre 38 contra otros estudiantes.

En el ataque logró impactar de muerte a nueve de sus compañeros de escuela, así como a un profesor. Pagourtzis cursaba grado 11. Le quedaba uno más para graduarse.

El ataque le causó heridas a 10 personas más, incluido un oficial de policía que intentó repeler el ataque perpetrado por este alumno de 17 años, según las autoridades.

Los oficiales que ingresaron a la escuela poco a poco descubrieron las escenas de terror. En un salón encontraron los tres primeros muertos.

30 minutos después de iniciada la masacre, Pagourtzis salió de uno de los salones y se entregó ante las autoridades, a quienes después les admitió que les perdonó la vida a los estudiantes que le caían bien. Lo hizo para que ellos pudieran contar la historia.

De ahí en adelante todo fue caos en esta escuela ubicada a unas 30 millas al sureste de Houston, en una pequeña población llamada Santa Fe, un área semirural del condado Galveston.

El Distrito Escolar Independiente de Santa Fe envió un mensaje a los padres de familia hacia las 8 a.m. a través del internet.

En él notificó que los más de 1,400 estudiantes de la escuela estaban lidiando con un ataque armado.

La respuesta de la fuerza pública fue inmediata, la zona se llenó de oficiales federales, estatales, condales y locales.

La labor inmediata era controlar al atacante y preservar la seguridad de los alumnos.

Las primeras imágenes de la escuela, captadas por el helicóptero de Telemundo Houston, mostraban un operativo para sacar a aquellos alumnos ilesos del plantel educativo, los llevaron hacia un gimnasio aledaño donde se podían encontrar con sus familiares.

Hacia las 9 a.m. el distrito escolar confirmó que el atacante había sido controlado y estaba bajo arresto. Por primera vez públicamente se dijo que había heridos, pero nunca se dijo cuántos y ni si había muertos.

Lo peor estaba por saberse.  

Las redes sociales empezaron a estallar con mensajes sobre el ataque en la escuela, cuya población estudiantil es conformada casi en un 80% por alumnos anglosajones y un 19% más de origen hispano.

El primer oficial que -como dicen en México- soltó la sopa fue el alguacil del condado Harris, Ed González. En un tuit dijo que había "multiple casualties", una frase en inglés que quiere decir víctimas mortales.

Sin embargo, hasta ese momento no se sabía si eran dos o 50. El temor se incrementó ante la solicitud urgente de donar sangre que se hizo en el Hospital de la Universidad de Texas de Galveston, ubicado a 27 millas de la escuela y donde se llevó a varios de los heridos.

Pocos después se confirmó la tragedia, que en el ataque murieron las 10 personas y que otras 10 había sido heridas.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, reveló detalles del ataque y además dijo que se habían encontrado además de las armas (pertenecientes al padre del presunto atacante y compradas legalmente), explosivos dentro de la escuela tipo bombas molotov y otros fabricados con ollas a presión.

Poco después se supo que eran cuatro los explosivos, pero además se encontraron otros fuera del plantel educativo. También se supo que se allanaron dos viviendas del área en busca de más.

También se conoció que el atacante intentó quitarse la vida, pero los oficiales se lo impidieronj y terminó por rendirse ante las autoridades.

Para ese entonces, la consternación era general. Sobre el tema habló desde el presidente Trump hasta los políticos de la región e incluso los deportistas más reconocidos del área de Houston.

Todos expresaron condolencias a las víctimas y sus familias. Algunos pidieron no darle más vueltas al tema y abordar de una vez por todas un cambio a las normas de compra y porte de armas, tal y como lo expresó el alcalde de Houston, Sylvester Turner.

Este ataque en la preparatoria Santa Fe se convirtió en el número 23 ocurrido durante las 20 semanas que han corrido del 2018 en un centro educativo en Estados Unidos. Es decir ha habido, en promedio, algo más de uno por semana.

Por ello, el gobernador anunció que la próxima semana se instalará una mesa de discusión sobre el tema de los ataques armados en las escuelas. "Esto no puede seguir pasando", dijo enfáticamente.

Es un mensaje que se repite cada vez que se presenta una tragedia de este tipo. Hasta ahora todo se ha quedado en intenciones, pues no se ha concretado nada, más allá de lanzar propuestas polémicas como armar a los profesores para que se defiendan.

Pagourtzis enfrenta dos cargos criminales. Uno por homicidio agravado y otro por asalto agravado contra un oficial de policía. De esta forma se enfrenta a la cadena perpetua, pues según una sentencia de la Corte Suprema de Justicia del año 2005, una persona menor de 18 años no puede ser condenado a la pena capital.

No hay duda, que este juicio será el que tendrá mayor atención en los meses venideros en Texas, un estado que ya ha vivido en menos de seis meses dos masacres de talla mayor, luego de la ocurrida en una iglesia en Sunderland en noviembre pasado y que dejó 26 muertos. Así como múltiples amenazas a escuelas luego de la masacre ocurrida en Parkland (Florida) el 14 de febrero.

Una de esas amenazas en las que se anunciaba una balacera contra estudiantes y maestros -y que llevó al cierre de la escuela por varias horas el pasado 28 de febrero- la recibió la escuela donde hoy se cometió la masacre, donde hoy lloran a nueve de sus alumnos y a una maestra sustituta.

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