HOUSTON – Katharine White, la mujer acusada dentro de la muerte de su hija prematura de 10 semanas de nacida, deberá ser sometida a una evaluación psicológica para determinar si puede ser juzgada o no.
Así lo determinó un juez del Condado Harris este miércoles en la mañana.
White enfrenta el cargo de lesiones a un menor por omisión, luego de la muerte de su hija Jazmine, quien -según el Instituto de Ciencias Forenses del Condado Harris- presentaba 96 fracturas en su cuerpo al momento de morir, varias de ellas en el cráneo.
El padre de la menor, Jason Robin, enfrenta el cargo de homicidio por este caso.
La pareja está tras las rejas y el juez 184 ordenó que ninguno de ellos podrá tener contacto entre ellos, ni con sus otros hijos, ni con personas menores de 17 años.
Así mismo, White deberá someterse a examenes de orina para determinar si consume drogas o no y se le prohibió el consumo de alcohol o drogas.
Robin y White tienen 24 y 21 años, respectivamente.
De acuerdo con la Fiscalía, Jazmine nació de forma prematura a mediados del año pasado y murió el 15 de julio de 2018.
La autopsia hecha a la niña reveló que tenía 96 fracturas, 71 de ellas en las costillas, así como ruptura en el cráneo y golpes en la cara y cabeza.
“La evidencia mostró que Jazmine fue víctima de las personas que supuestamente debían protegerla como nadie en el mundo”, dijo la fiscal Kim Ogg.
Local
Detectives del Departamento de Policía de Houston fueron llamados al hospital de niños Memorial Hermann, luego de que los médicos les aseguraran que la menor había sufrido “golpes en la cabeza”.
En caso de ser hallados culpables, la pareja enfrenta una sanción máxima de cadena perpetua.
