HOUSTON - Las altas temperaturas del verano no solo traen consigo un aumento en la demanda de aires acondicionados, sino también la aparición de visitantes indeseados en algunos vecindarios de nuestra ciudad: los caimanes.
Según las autoridades locales, cada año reciben alrededor de 20 llamadas de residentes alertando sobre la presencia de estos reptiles cerca de sus hogares.
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El capitán Mike McCoy, de la Policía de Fulshear, explica que los oficiales están entrenados para manejar estas situaciones y reubicar a los caimanes en su hábitat natural sin causarles daño.
Sin embargo, el verdadero peligro radica en la interacción humana con estos animales. "Generalmente, los caimanes no son agresivos con las personas, a menos que en el pasado hayan sido alimentados por alguien", advierte el capitán McCoy. Y es precisamente esa acción la que podría acarrear problemas legales.
De acuerdo con las autoridades, es un delito menor clase C alimentar a los caimanes, lo que podría resultar en una multa de hasta $500.
Scott Spencer, un residente de la zona, comenta que, si bien es común ver a estos reptiles en los lagos cercanos, afortunadamente nunca ha tenido uno en su propiedad.
Raymundo Méndez, un trabajador que lleva más de 15 años en el área, ha sido testigo de la presencia de caimanes en varias ocasiones, incluso atropellados en las calles.
Aunque reconoce que la idea de encontrarse frente a uno le causaría pánico, su recomendación es mantenerse alejado y alertar a las autoridades correspondientes.
Las autoridades locales instan a los residentes a mantener la calma ante un encuentro con un caimán y solicitar asistencia de inmediato.
En caso de emergencia, deben llamar al 9-1-1 o al número directo del Departamento de Policía de Fulshear: 281-341-4665.
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