Coronavirus en Houston

Preocupados dueños de bares en Houston tras alza de casos de COVID-19

"Texas fue un experimento terrible, terrible porque se experimentó con la vida de las personas y mira dónde estamos", dijo Neff.

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El estruendo que normalmente llena The Cottonmouth Club en el centro de Houston quedó en silencio el viernes pasado cuando los propietarios lo cerraron por segunda vez durante la pandemia de coronavirus, una semana antes de que el gobernador de Texas ordenara que todos los bares hicieran lo mismo en medio de un aumento en infecciones

El copropietario, Michael Neff, objeta lo que vio como una reapertura a las carreras hecha por el estado y se pregunta si su industria empeoró las cosas, ya que algunos bares no cumplieron con las normas sobre los límites de ocupación. Dijo sentir que ya no podía proporcionar un entorno seguro para su personal y clientes; mientras él y su personal comenzaron a escuchar que los trabajadores de otros bares se enfermaban.

"Texas fue un experimento terrible, terrible porque se experimentó con la vida de las personas y mira dónde estamos", dijo Neff.

El viernes un anuncio del gobernador Greg Abbott ordenó que los bares fuesen cerrados de nuevo, un día después de que el estado informara un récord de casi 6,000 casos confirmados y el día en que Texas superó las 5,000 hospitalizaciones por primera vez.

Aunque critica a los bares que ignoraron las reglas, Neff también culpa a los funcionarios locales y estatales por lo que dice que fue una falta de orientación y apoyo, por no ordenar el uso obligatorio de cubrebocas y hasta hace poco, por no supervisar con más vigor el cumplimiento de medidas.

Es un sentimiento compartido por otros propietarios de bares y restaurantes en todo el estado y más allá, que han sido profundamente afectados financieramente por las medidas antivirus y también están luchando con decisiones difíciles. Algunos de ellos ya cerrados de nuevo luego de que los trabajadores se infectaron o como medida de precaución debido a aumento de casos en sus áreas.

En un video de casi ocho minutos que publicó en línea a principios de este mes, Neff expresó su frustración con un mensaje dirigido a Abbott: "Nos está llevando a morir". Al respecto se intentó contactar al gobernador a través de correo electrónico pero no fue respondido de inmediato, pero en una conferencia de prensa el lunes Abbott dijo que su prioridad era reducir los casos y mantener a las personas fuera de los hospitales.

Desde el momento que se le dio luz verde para reabrir a los bares y clubes en Texas, el 22 de mayo, las redes sociales han estado llenas de fotos y videos que muestran negocios repletos sin seguir las reglas de capacidad y distanciamiento social. Aún así la primera decisión del estado para restringir la venta de alcohol no se tomó hasta hace una semana.

Al cerrar los bares nuevamente el viernes, Abbott dijo que el aumento en los casos confirmados fue "en gran medida impulsado por ciertos tipos de actividades, incluidos la de quienes se congregan en los bares" e instruyó los restaurantes reducir su capacidad a la mitad a partir del lunes.

Agregó que "cada tejano tiene la responsabilidad consigo mismo y con sus seres queridos de usar una máscara", pero todavía no ordena su uso en todo el estado. La semana pasada, dijo que las ciudades y los condados podrían ordenar a las empresas que exijan que sus clientes usen máscaras.

Una situación está ocurriendo en varios estados donde los contagios confirmados están aumentando. El viernes Florida prohibió el consumo de alcohol en bares después de que los casos confirmados de coronavirus se acercaran a los 9,000.

"De lo que nos damos cuenta es que a pesar de hacer más que los protocolos requeridos y con muy poca orientación federal o estatal, se necesita ir más allá", dijo Daniel Wright, un dueño de cinco restaurantes y bares de Cincinnati que cerró sus locales por precaución.

Saint Arnold Brewing Company de Houston, quien tiene una cervecería que permaneció cerrada incluso antes de la orden del viernes, también ha tenido dificultades para navegar lo que considera mensajes inconsistentes sobre cómo operar, dijo el portavoz de la compañía, Lennie Ambrose.

"Vamos a seguir las leyes o las ordenanzas. Pero incluso si se permite algo, tal vez eso no sea lo correcto para Saint Arnold desde el punto de vista de la salud pública ", dijo Ambrose.

Ese sentimiento de incertidumbre se repite en otras partes. Sean Kennedy, un portavoz de la Asociación Nacional de Restaurantes, dijo que su organización ha dicho a los funcionarios que la industria de la hospitalidad "solo está buscando coherencia, transparencia y reglas a futuro". La asociación ha presionado a los gobiernos locales para que aumenten los esfuerzos para educar a los clientes sobre sus responsabilidades al salir, dijo Kennedy.

Una encuesta realizada por la Hobby School of Public Affairs en la Universidad de Houston en restaurantes y bares del área de Austin, encontró que son muchos los que están frustrados luego de que el gobernador delegara a las ciudades y los condados ordenar el uso obligatorio de mascarillas, dijo Mark Jones, uno de los investigadores involucrados en el estudio.

Neff dijo que está preocupado por perder su bar y ha trabajado para encontrar otras fuentes de ingresos, incluida la venta de cócteles para llevar, iniciar un podcast y hacer transmisiones en vivo bajo la modalidad de “bar virtual” Pero dijo que también siente la responsabilidad de hacerle saber a la gente qué salió mal y ayudar a garantizar que esto no vuelva a suceder.

"No vamos a tener éxito en la reapertura nuestras economías si lo hacemos de la forma en que lo hemos estado haciendo", dijo. "Y nadie quiere ese tipo de sacrificio, ni en los negocios ni en lo que respecta a las vidas".

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