HOUSTON – Las autoridades de Texas tienen un sabor agridulce con respecto a las cifras del COVID-19 en las últimas semanas.
Por un lado, el número de contagios reportados al día ha disminuido en la última semana de 11,210 el pasado martes, a 5,803 este domingo.
Una tendencia similar ha ocurrido con el número de hospitalizaciones. De 8,819 hospitalizados hace una semana, este domingo se reportó que la cifra ha bajado a 7,437.
Esta cifra es la más baja desde el pasado 2 de julio, mes en el que se vio el mayor incremento en los indicadores de COVID-19 en el estado.
Sin embargo, hay una cifra que tiene las alarmas prendidas entre las autoridades médicas de Texas: la tasa de positividad del virus.
Actualmente, en Texas esa tasa es del 20.31%, la más alta desde que empezó la pandemia y muy lejana del 10% que el gobernador Greg Abbott ha señalado como una bandera roja y todavía más lejos del 5%, considerado como la cifra indicada para mantener el virus controlado.
En otras palabras, por cada cinco personas que se realizan el test de COVID-19, una resulta contagiada.
Este indicador subió vertiginosamente en una semana, pues pasó del 12.5% el pasado 1 de agosto al 20.31, casi un 80% más, este domingo 8 de agosto.
Cabe destacar que, en las áreas metropolitanas más afectadas por el virus, como Houston, Dallas y el Valle del Río Grande esta cifra se ha mantenido por semanas por encima del 17%.