Con su postura fija en el mar y el muro, midiendo la distancia y la corriente agitada por las olas, Pedro José Taquistán, de Chiapas, cuenta los días para desafiar el agua, la patrulla fronteriza y cruzar al otro lado nadando, como lo han hecho varios de sus amigos.
“No más hay que tener valor por que ahí no se mete la inmigración”, dijo Taquistán.
Marco J., quien tiene tres meses deportado, busca a su hermano para poder comprar el equipo de buzo para lanzarse al mar sin pagar a un coyote, pues no cuenta con dinero. Además, él cree es lo más seguro. “Si sé nadar, no me da miedo, pero necesito el equipo”, aseguró.
“La mayoría cruza cuando oscurece”, declaró José Hernández, migrante en tránsito que dice haber visto a 30 intentar ingresar a Estados Unidos por el mar.
Cifras proporcionadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en San Diego arrojan que por el mar se detuvieron en el año fiscal del 2017 a 347 personas con una víctima mortal. En lo que va del año fiscal del 2018 han sido 62 detenciones.
Afirman además los que transportan por lancha o embarcación a personas sin documentos no les importa que seres humanos pierdan la vida en alta mar.
"La semana pasada hubo dos fatalidades, con la neblina se pierden. El tiempo es muy negativo, no favorece, el clima es una desgracia mucha gente muere", dijo Roberto Pérez, de la Embajada del Migrante, quien aconseja no fiarse de coyotes que usan este método de transporte.
