"Alec", tiene poco más de 48 horas que pisó suelo estadounidense desde que le fuera otorgado el asilo político. Sin embargo, aún tiene un grillete en su tobillo mientras espera si los abogados del gobierno federal apelarán o no su caso.
Originario de Honduras, asegura que es un pastor evangélico quien por cuestiones de seguridad, no puede revelar exactamente por qué era perseguido.
"Es doloroso pues al recordar muchos jóvenes que están en un fracaso en mi país, algunos me mandan mensajes que me extrañan", dice con lágrimas en los ojos.
En octubre del 2018, "Alec" decidió huir del peligro que dice vivía en su país.
"Con mucho sufrimiento, vi muchas groserías, como niños muriendo", dijo.
Después de cruzar por Guatemala, el pastor se abrió paso por México hasta llegar a San Diego donde fue obligado a regresarse a Tijuana para esperar su proceso bajo la orden ejecutiva que requiere que los solicitantes de asilo provenientes del Triángulo Norte permanezcan en México.
"Es un golpe duro, duro, como si lo mataran".
México
Durante su espera, Alec dij que tuvo que vivir en una casa de religiosos y pedir comida.
"Para sobrevivir pierde la pena uno, lo pierde todo, se compadecían de uno", dijo con un nudo en la garganta.
Después de tres visitas a la corte y con el apoyo de la organización no lucrativa Human Rights First, el martes un juez falló a su favor y ahora puede permanecer libre en EEUU.
Aún tiene que portar el grillete mientras espera por 30 días a que su caso no sea apelado.
"Pero tengo la fe en Díos de que me lo van a quitar y voy a ser legal en este país", dijo.
Ninguna otra información estaba disponible.
Por favor, actualice esta página para obtener actualizaciones sobre esta historia. Los detalles pueden cambiar a medida que haya más información disponible.
