Crisis de gasolina: aumenta la desesperación de millones

La estrategia para frenar el robo de combustible aumenta el descontento.

Los buques cargados pueden contarse por docenas. Están varados en diversos puertos de México, algunos desde hace semanas, sin poder descargar el combustible que tanto anhelan los usuarios este país. 

"Las terminales están llenas, bueno no llenas pero sí tenemos mucho producto", asegura Rocío Nahle, secretaria de Energía, pese a la incredulidad y la molestia de millones de ciudadanos. 

Los funcionarios mexicanos insisten en que el cuello de botella en los almacenes es provocado por la lentitud con la que se está distribuyendo la gasolina: a través de pipas, por carreteras y custodiadas por las fuerzas de seguridad, debido al cierre de los ductos. 

Militares cuidan cada tramo de la tubería por donde los criminales se roban el hidrocarburo y ocasionaban pérdidas por más de 60,000 millones de pesos anuales, el Gobierno de México. 

"Desde ayer y hoy empieza vigilancia en helicópteros de la fuerza aérea en todos los ductos y se están creando bases especiales cada determinada distancia", asegura el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Pero mientras la situación se regula, los efectos de esta estrategia son cada vez más evidentes. 

En las ciudades afectadas, la falta de gasolina está provocando enojo y desesperación, las filas de espera para cargar son muy largas y en muchas estaciones solo despachan de 10 a 20 dólares por auto. 

Cerrando una avenida de la capital mexicana, usuarios como este taxista exigieron que el problema de abasto se resuelva de una vez por todas. 

"No puedo circular, no puedo trabajar, no puedo mantener a mi familia”, lamenta el conductor de un taxi, Jesús Ortiz.

La Cámara de Comercio y otros organismos empresariales advirtieron sobre la pérdida de empleos y la escasez de productos que cada día va aumentando. 

"Exigimos una revisión de emergencia de la estrategia", expresó Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex (Confederación Patronal de la República Mexicana). 

Y es que incluso la seguridad se ha vuelto vulnerable: "estamos muy limitados de combustible", dicen en la Policía Municial de Yuriria, Guanajuato.

Los policías de Guanajuato persiguen a los delincuentes en caballos y los del Estado de México patrullan en bicicletas.

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