Coronavirus en el mundo

Recuperan su libertad tras 76 días de confinamiento: así es la nueva “normalidad” para la gente de Wuhan

Los 11 millones de habitantes de Wuhan todavía se enfrentan a una serie de controles.

Telemundo

Liberados de sus hogares tras una cuarentena de dos meses y medio, los residentes de la ciudad en donde comenzó la pandemia del coronavirus cautelosamente volvieron a hacer compras y pasear por las calles. Pero dicen que todavía salen poco y sus hijos permaneces en casa mientras esperan la reapertura de las escuelas.

Los 11 millones de habitantes de Wuhan todavía se enfrentan a una serie de controles después de que terminaran las restricciones que evitaron que la mayoría saliera de la ciudad. Edificios de oficinas requieren que los visitantes muestren una aplicación de smartphone que monitorea su salud. Un vendedor dijo que tiene que reportar los detalles de sus recorridos en la ciudad a las autoridades.

Las medidas graduales que toma Wuhan para reanimar los negocios y la vida diaria mientras todavía intentan prevenir que resurja el virus presagian la lucha que otras ciudades de Asia y el Occidente librarán una vez que se suavicen los controles para contener la enfermedad que ha paralizado los viajes en el mundo y devastado el comercio.

En un centro comercial peatonal de Wuhan, albañiles con mascarillas similares a las quirúrgicas retomaron el trabajo de remodelación de una tienda de artículos deportivos. Un hombre y una mujer bailaban en la acera mientras un amigo los grababa con un celular.

Guardias en edificios de oficinas revisaban la fiebre de los visitantes. Peatones y clientes en tiendas usaban mascarillas y se mantenían alejados entre ellos.

“Todavía me siento más seguro de no salir con demasiada frecuencia. Todavía pido que entreguen a nuestra casa alimentos y vegetales”, dijo un vendedor de una instalación de procesamiento de carnes que sólo dio su apellido, Peng. “Tengo un hijo de 2 años y le encanta salir después de estar encerrado en casa tanto tiempo, pero todavía me preocupa su seguridad y no lo dejo jugar con otros niños afuera”.

Gran parte del acceso a Wuhan se suspendió el 23 de enero mientras China intensificaba los esfuerzos para combatir el virus que surgió en diciembre.

Restaurantes, metros y otras instalaciones públicas cerraron en un patrón que se extendería a otras ciudades asiáticas y europeas conforme aumentaban las infecciones. A las familias les ordenaron quedarse en casa, lo que dejó las calles vacías y en silencio. Los controles se extendieron a otras ciudades y eventualmente afectaron a 800 millones de personas.

Para el jueves, Wuhan tenía 2,574 de las muertes reportadas por la Comisión Nacional de Salud, el 80% del total de 3,215 de China, y 50,008 de los 67,803 casos confirmados en China continental.

El gobernante Partido Comunista comenzó a aliviar los controles a principios de marzo para intentar reanimar la segunda economía más grande del mundo después de declarar la victoria sobre el virus cuando disminuían los números de nuevos casos reportados al día.

Reabrieron las fábricas de autos y otros comercios considerados esenciales para la economía nacional o que producían necesidades básicas.

El director de un hospital en Wuhan que atendió a pacientes de coronavirus advirtió que no se asumiera que el virus había desaparecido y dijo que las instalaciones especializadas para atender a pacientes deberían permanecer abiertas.

“Este virus sobrevivirá con los seres humanos en el futuro, tenemos que pensar sobre cómo tomar la siguiente medida”, dijo en una entrevista el doctor Zhang Dingyu del hospital Jinyintan. “Nos enfocábamos en la influenza, SIDA y la enfermedad de manos, pies, boca, pero ahora tenemos un ala o un área para lidiar con esta enfermedad”, el COVID-19.

Las personas en Wuhan deben considerar usar mascarillas otros tres meses, dijo el doctor Zhang Junjian, extitular de uno de los tres hospitales temporales para atender coronavirus que se montaron en la ciudad, pero agregó que no era una decisión oficial.

Algunos complejos departamentales todavía prohíben a gente de fuera. Restricciones similares están vigentes en la capital, Beijing, y otras ciudades.

Eso aleja a los clientes de Zhang Juan, la encargada de una tienda que vende licor y cigarrillos en un compuesto residencial en donde dijo que sólo un miembro por familia puede entrar al día.

“Sigo desinfectando la tienda, pero ¿cuál es el punto?”, dijo Zhang, de 35 años. “A veces las ventas del día entero no superan los 10 yuanes” (1.40 dólares).

El gobierno ha prometido exenciones fiscales, préstamos con intereses bajos y otros apoyos para que los empresarios se recuperen. Sin embargo, no está claro cómo muchos se desarrollarán bajo la presión de pagar renta, sueldos y otros costos durante dos meses sin ingresos y con semanas más por delante con pocas ventas.

“La epidemia me ha golpeado tan duro que ni siquiera puedo hacer los pagos de mis préstamos bancarios o tarjetas de crédito”, dijo Zhang.

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